Al cambiarse de casa es habitual querer hacer algunas reformas y una de las más corrientes es la de cambiar la grifería de la vivienda para evitar problemas en el futuro. Y es que es bastante normal que las casas usadas tengan grifos y cañerías que no están siempre en perfecto estado debido a su uso y que incluso puede acabar provocando problemas en la salud de quienes allí vivan. Por eso se recomienda hacer estos cambios cuando todavía no te hayas instalado en tu nueva casa y contratar a un experto de la fontaneria Carabanchel para que haga el trabajo por ti por un presupuesto no demasiado elevado, aunque éste puede aumentar dependiendo del recorrido que tenga que hacer el fontanero hasta llegar a tu domicilio, aunque también es posible acorde un precio favorable para ambas partes antes de comenzar el trabajo, siempre que el número de grifos que vayan a cambiarse le asegura al fontanero un beneficio importante.
Cambiar el grifo tú solo
Pero si quieres ahorrarte el servicio de un profesional y cambiar tú solo el grifo, solo necesitas una caja de herramientas con todos los materiales necesarios entre los que se incluyen un trapo, teflón, un latiguillo flexible y una llave de paso.
Lo primero que tendrás que hacer es cortar el agua, algo que puedes hacer solamente en la estancia en la que vas a trabajar para que el resto de la casa pueda disponer de la misma. Después abre el grifo para que las tuberías se acaben de vaciar por completo. Una vez lo hayas llevado a cabo, desmonta el grifo viejo procurando fijarte en cómo iban colocadas todas las piezas para que puedas volver a montar el grifo nuevo sin ningún problema.
Antes de colocarlo, rodea unas cinco veces la rosca con cinta de teflón y termina enroscando el grifo en la tubería. Si lo llega bien hasta el final, no debes preocuparte ya que el teflón hará de tope. Una vez lo hayas colocado mira que el agua corra perfectamente y que todo se encuentra instalado adecuadamente.